Robaban en el barrio y amenazaban a los vecinos para que no los denuncien. Pero fueron registrados por una cámara de seguridad. Los dos ladrones fueron grabados el 14 de agosto pasado cuando entraron a robar con un arma a la heladería Grido de la calle Riestra 5800, en el barrio de Villa Lugano. Los delincuentes fueron identificados en dos allanamientos en la Villa 20. Uno de ellos no estaba al momento del operativo, pero fue atrapado gracias a la madre que lo llamó por celular para que se presente.

Mati y el Flaco eran conocidos en el barrio. No era la primera vez que robaban. Solían andar por los alrededores de la villa siempre armados y drogados. Según los vecinos, cuando se quedaban sin plata para pagar los vicios, eran capaces de hacer cualquier cosa, incluso robar a gente que los conocía de chicos, o en los mismos comercios donde ellos eran clientes. Pero nadie se animaba a denunciar, porque con gritos, amenazas y la pistola siempre al alcance de la mano, tenían amenazados a todos.

Sin embargo, en su último golpe quedaron grabados. En las imágenes tomadas en el interior de la heladería se ve claramente cómo entran, amenazan con el arma y se llevan la recaudación en menos de un minuto. El botín no fue gran cosa: 1800 pesos y un teléfono. Pero para la Justicia las imágenes fueron claves, ya que no sólo se ve el asalto, sino que se distingue en detalle cómo vestían y sus fisonomías. A partir de allí comenzaron las tareas de investigación en las que se obtuvieron sus direcciones y se libraron las órdenes de allanamiento.

Los delincuentes vivían en casas que compartían con familiares en la manzana 7 de la Villa 20. Al llegar la policía, Mati estaba en el lugar. Este joven de 21 años, que ya tenía antecedentes por robo a mano armada, se entregó sin resistirse. En casa de su cómplice, las cosas fueron distintas. El Flaco no estaba, pero mientras la policía requisaba la casa le explicaron a su madre la gravedad de los hechos y le mostraron el video. La abuela del joven entró en un estado de conmoción, y comenzó a llorar y repetía «yo no lo eduqué para esto». Frente a lo que estaba pasando, la madre decidió entregar a su hijo y lo llamó a su celular para que vuelva a su casa. Al llegar el joven la policía lo detuvo, y se terminó de cerrar el rompecabezas: el pantalón que llevaba puesto era el mismo que tenía el día del robo y se veía en el video.

Los detenidos quedaron a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Número 10. El procedimiento estuvo a cargo de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comuna 8 en colaboración con la División Investigaciones Delictivas de la Policía de la Ciudad.

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