El exsargento de la policía bonaerense Ricardo Panadero, cuarto efectivo acusado por el crimen de la adolescente de 15 años Natalia Melmann, ocurrido el 4 de febrero de 2001 en la localidad balnearia de Miramar, fue sentenciado hoy a la pena de prisión perpetua por el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de la ciudad de Mar del Plata, que ordenó su inmediata detención.
A 22 años de cometido el hecho y en un fallo unánime, Panadero fue declarado coautor de los delitos de «privación ilegitima con empleo de violencia, abuso sexual calificado por la intervención de dos o más personas y homicidio doblemente agravado por el concurso de dos o más personas y por haberse consumado para lograr la impunidad», en el marco del segundo juicio que debió enfrentar por el caso, tras haber sido absuelto en el primero realizado en 2018.
El fallo fue dado a conocer por los jueces Néstor Conti, Mariana Irianni y Juan Galarreta, minutos después de las 10.30, en el primer piso de los tribunales marplatenses.
Los magistrados consideraron que «no ha habido ninguna duda» de que Panadero estuvo entre quienes «llevaron adelante los aberrantes hechos» analizados en el juicio y dictaron la pena de prisión perpetua.
La resolución del tribunal fue en línea con el pedido realizado tanto por la fiscal que intervino en el proceso, Ana María Caro, como por los abogados Federico Paruolo y Yamil Castro Bianchi, representantes de la familia de la víctima.
Si bien entendieron que no se pudo probar que Panadero fuera uno de los acusados que introdujeron a Natalia a un patrullero en la madrugada del crimen, los jueces consideraron acreditado que estuvo en la zona del boliche al que ella había ido en la franja horaria en que eso ocurrió, pese a que al declarar en la causa dijo que había estado en su casa.
A su vez, la sentencia puso el foco en una «prueba directa» que «no pudo ser desvirtuada» por la defensa: una pericia genética incorporada durante la instrucción.
De acuerdo a ese peritaje, existió un 97,05 por ciento de compatibilidad entre el perfil genético del acusado y un vello pubiano encontrado en el cuerpo de Natalia durante la autopsia.
«El resultado de la comparación genética entre el vello púbico y la muestra aportada por Panadero permiten establecer la correspondencia entre los perfiles analizados», sostuvo Conti al leer el fallo.
Tras la lectura de la sentencia, se ordenó la inmediata detención de Panadero, que había llegado en libertad a este juicio, y su traslado al Complejo Penitenciario de Batán.
Los padres de la menor escucharon la resolución dentro de la sala de audiencias del tribunal, junto a allegados de víctimas de otros casos registrados en la región, como la madre de la adolescente Lucía Pérez.
Decenas de personas aguardaban a su vez la lectura del fallo en las inmediaciones de los tribunales, y festejaron el veredicto y la pena de prisión perpetua.
«Que no haya un solo asesino más suelto en Miramar», dijo al salir de los tribunales Laura Calampuca, madre de Natalia, quien reclamó a su vez que se busque «al quinto» partícipe del asesinato, ya que de los peritajes realizados en el marco de la causa surgió la presencia de cinco ADN diferentes.
En tanto, el padre de la adolescente expresó: «Esta condena, a la familia no nos cambia, pero sí cambia la historia: el abuso de las fuerzas policiales no se puede volver a repetir».
Paruolo destacó el hecho de que los jueces hayan analizado «de manera integral tanto la prueba testimonial como la genética», lo que consideró que «marcó la diferencia» con el primer juicio, en el que Panadero resultó absuelto.
En tanto, Castro Bianchi, dijo que se probó que «la policía secuestró, abusó y mató».
El segundo debate oral al que fue sometido Panadero se inició el último 2 de mayo y se extendió a lo largo de cuatro jornadas, en las que declararon más de diez testigos.
Al presentar sus alegatos de cierre, tanto la fiscal Caro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Miramar, como los abogados de la familia de Natalia, dieron por probado que Panadero fue coautor del secuestro, abuso sexual y homicidio.
En ambos casos, destacaron los resultados del examen de ADN, y también la declaración brindada en la primera audiencia del proceso por un testigo de identidad reservada de la causa, quien aseguró que en la madrugada de la desaparición de la adolescente había visto cómo era subida a la fuerza a un patrullero por cuatro policías, entre los que ubicó al ahora condenado.
Panadero es el cuarto policía sentenciado a perpetua por el crimen que conmocionó al país en la temporada de verano de 2001.
En su caso, si bien había sido juzgado por primera vez en julio de 2018 y había resultado absuelto, la fiscalía y la familia de la adolescente apelaron ese fallo, y en noviembre de 2019 la Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense lo anuló y ordenó la realización de un nuevo juicio.
El exsargento no formó parte del proceso oral en el que los otros tres policías acusados -Oscar Echenique (63), Ricardo Anselmini (55) y Ricardo Suárez (60)- fueron condenados a perpetua, en septiembre de 2002, porque había sido sobreseído antes.
El crimen de Melmann ocurrió el 4 de febrero de 2001 y según se estableció en el juicio de 2002, la víctima fue obligada a subir a una camioneta policial y llevada a una casa en el extremo sur de Miramar, donde «fue accedida carnalmente» y luego, «con el inequívoco propósito de procurar la impunidad de la agresión sexual», fue estrangulada con un cordón de sus zapatillas y su cuerpo abandonado en el vivero Florentino Ameghino, donde fue hallado semienterrado cuatro días después.
Fuente: Telam